El sacerdote es testigo de la potencia de Dios

CIUDAD DEL VATICANO, 29 SEP 2009

Hoy se hizo público el contenido de un videomensaje del Papa a los participantes en un retiro internacional en el santuario de Ars (Francia), con motivo del 150 aniversario de la muerte de San Juan Maria Vianney. El tema de los ejercicios espirituales, que predica desde el 27 de septiembre al 3 de octubre el cardenal Christoph Schönborn, arzobispo de Viena (Austria), es: “La alegría de ser sacerdote: consagrado para la salvación del mundo”.

 “El sacerdote -afirma el Santo Padre- está llamado a servir a los hombres y a donarles la vida de Dios. (…) Es hombre de la Palabra divina y de las cosas sagradas, y debe ser hoy más que nunca un hombre de la alegría y de la esperanza. A quienes no pueden concebir que Dios sea Amor puro, afirmará siempre que la vida vale la pena ser vivida y que Cristo le da todo su sentido porque ama a todos los seres humanos”.

 Benedicto XVI se dirige posteriormente a los sacerdotes que tienen que atender varias parroquias y que “se entregan sin escatimar esfuerzos por mantener una vida sacramental en sus diferentes comunidades. ¡El reconocimiento de la Iglesia por todos vosotros es inmenso! No os desaniméis, sino más bien seguid rezando y haciendo rezar para que muchos jóvenes acepten la respuesta a la llamada de Cristo, que desea que siga aumentando el número de sus apóstoles para cosechar sus campos”.

 El Papa invita a los sacerdotes a pensar “en la extrema diversidad de los ministerios” que ejercen “al servicio de la Iglesia”, en “el gran número de misas que celebráis o celebraréis, haciendo realmente viva cada vez la presencia de Cristo en el altar. Pensad en las innumerables absoluciones que habéis dado y que daréis,  librando de su carga a los pecadores. Percibiréis así la fecundidad infinita del sacramento del Orden. Vuestras manos, vuestros labios se han convertido, durante un instante, en las manos y los labios de Dios”.

 “Esa consideración -continúa- debe llevaros a armonizar las relaciones entre los presbíteros para formar esa comunidad sacerdotal a la que exhortaba San Pedro para construir el cuerpo de Cristo y afianzaros en el amor”.

“El sacerdote es el hombre del futuro. (…) Lo que hace en esta tierra pertenece al orden de los medios encaminados al Fin último. La misa es ese exclusivo punto de unión entre los medios y el Fin, ya que nos permite contemplar bajo la humilde apariencia del pan y del vino el Cuerpo y la Sangre de Aquel que adoraremos en la eternidad”.

  “Nada reemplazará jamás el ministerio de los sacerdotes en el corazón de la Iglesia”, concluye el Santo Padre. “Sois el testimonio viviente de la potencia de Dios a la obra en la debilidad de los seres humanos, consagrados para la salvación del mundo, elegidos por Cristo mismo para ser, gracias a Él, sal de la tierra y luz del mundo”.

Fonte: Vatican Information Service

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